Un adolescente fue condenado también por el mismo hecho a la pena de 5 años de régimen cerrado con programa de reinserción social.
Tal como lo solicitó la Fiscalía de Alto Hospicio, el tribunal de juicio oral resolvió por unanimidad condenar al acusado C.E.C.R. a la pena de 20 años de presidio efectivo, por el secuestro con homicidio del joven pescador Gabriel Cerda Ahumada, hecho ocurrido en mayo de 2022 y cuyo cuerpo aún no ha sido encontrado, pese a las diligencias de búsqueda realizadas. De igual forma, el adolescente -que tenía 15 años de edad al momento de los hechos-, fue condenado a la pena de 5 años de internación en régimen cerrado.
“Hoy el tribunal oral dictó sentencia en contra de los dos condenados en esta causa. Respecto del adolescente se le dio la pena máxima atendido su rango etario, esto es, 5 años de régimen cerrado con programa de reinserción social, y respecto del adulto se dio una sanción de 20 años de presidio, en atención al mal causado y principalmente, porque nunca quisieron indicar dónde se encontraba el cuerpo de la persona fallecida”, explicó la fiscal jefe de Alto Hospicio a cargo de esta investigación, Virginia Aravena.
De acuerdo a lo que se probó en el juicio, entre la noche del 17 de mayo de 2022 y la madrugada del día siguiente, los acusados más un el adolescente J.E.V. que falleció el año pasado producto de varios disparos, todos integrantes de una agrupación delictual, mantuvieron retenida y golpearon a la víctima en un departamento de Alto Hospicio.
Con el fin de darle muerte, lo trasladaron hasta un sitio despoblado donde C.C.R., en presencia de los otros acusados, le disparó con un arma de fuego a la altura de la cabeza y luego ocultaron su cuerpo en un lugar hasta ahora desconocido.
En el juicio fueron fundamentales los testimonios presentados por la Fiscalía de testigos que tomaron conocimiento por intermedio de los mismos acusados del video que grabaron dando muerte a la víctima, video que luego recibieron los familiares de Gabriel Cerda.
También declararon los funcionarios del Grupo Especial que conformó la Policía de Investigaciones a comienzos de año pasado para esclarecer éste y otros homicidios que estaban sin resolver, detallando las distintas diligencias realizadas, en especial los análisis de georreferenciación de las antenas correspondiente a la ubicación del teléfono celular de la víctima, de las cámaras de vigilancia y de los testimonios de distintos testigos que se refirieron a hechos anteriores y posteriores a la desaparición de la víctima.