Con la declaración de uno de los once imputados, comenzó esta mañana el juicio oral contra la banda denominada “La Familia”, acusada por el asesinato de una joven boliviana, cuyo cuerpo fue encontrado en el zigzag de Alto Hospicio el año pasado.
Confirmando que efectivamente la organización se dedicaba al tráfico de drogas, que algunos de sus miembros trabajaban como sicarios y que tomó conocimiento de que habían ejecutado varios asesinatos más; declaró esta mañana uno de los diez ciudadanos colombianos que son acusados por la fiscal jefe de Alto Hospicio, Virginia Aravena, de formar parte de una agrupación delictual que, en agosto de 2017, habría dado muerte a la joven manicurista Rosalva Gómez.
El imputado Luis Ramírez Penagos, alias “Camaro”, contó en el juicio que ingresó a la organización inicialmente como soldador, realizando unos trabajos en el sector de las tomas “Latinos Unidos”, pero que luego el jefe de la banda, el “Zapatón”, le ofreció ganar dinero trasladando droga, ya que como era de tez blanca, podía evitar los controles. “Hice como cuatro viajes y después les dije que no continuaría, pero me dijeron que tenía que seguir porque sabía mucho y conocía a mucha gente, y que pensara en mi familia. Quedé atrapado, yo sabía que sus amenazas eran efectivas”.
Agregó que el día que atraparon al “Pollo” -otro ciudadano colombiano a quien buscaban para matarlo por una droga que les debía-, estaba con su polola (Rosalva Gómez) y los vio a ambos al interior del local Burger King, en Alto Hospicio, amarrados de pies y manos. “Vi que se llevaron al Pollo en un auto a otro lugar y después escuché que el “Menor” (el acusado J.L.M.) lo había asesinado de dos puñaladas en el cuello”.
Si bien aseguró no haber visto cuando dieron muerte a Rosalva Gómez, Ramírez Penagos confirmó que en la madrugada tuvo que trasladar al “Menor” y a otro sujeto hasta el sector del zigzag, donde el primero se bajó con un arma y al volver al vehículo, dijo que “la hembra ya estaba muerta hace rato”.
Reconoció en el juicio como miembros de la agrupación a los acusados Huber Alegría, Yeisson Asprilla y al menor de edad J.L.M., y afirmó temer por su vida, “ellos harán lo imposible por asesinarme aquí o en Colombia”, y explicó que escuchó a los miembros de La Familia hablar sobre otras personas que habían asesinado en distintos lugares.
El juicio continuará mañana ante los magistrados Andrés Provoste, Felipe Ortiz de Zárate y Juan Pozo, con las declaraciones de otros acusados